8 de agosto de 2006 - Nuestro Diario.
Centroamericanos
Juan Antonio Canel
¿Cómo podemos llamarnos centroamericanos, si no conocemos nada sobre nuestros vecinos y hermanos?
El viernes de la semana pasada les anuncié, -por este mismo medio, la presentación de un ligo del escritor panameño Enrique Jaramillo Levi; sin embargo, el acto no pudo concretarse porque, por causas de fuerza mayor, Jaramillo no pudo venir. No obstante, un lector me comentó que debería escribir con más frecuencia sobre asuntos centroamericanos. La razón, me decía, es que al conocer más de nuestros vecinos, podemos apreciarlos mejor. La cultura de otros pueblos, como la de los centroamericanos, debe nutrirnos para que podamos fraternizar más. Eso nos dará más opciones y puntos de contacto para que podamos sentirnos un pueblo. Además, estaríamos más unidos y no tan fácil podrían introducirse e imponernos sistemas ajenos a nuestra idiosincrasia. Les decía, por ejemplo, que si a un guatemalteco común y corriente le preguntaran sobre literatura centroamericana, lo más probable es que, salvo el nombre de Rubén Darío y otros pocos y destacados, no sabría qué contestar.
Sin embargo, sobre los gringos y europeos, con toda seguridad desplegarían un sinnúmero de autores y sus obras. Y el peor lado de toda esa historia es que también, aunque no lo percibamos, la inducción de esa literatura ha tenido un fin manifiesto: orientarnos hacia el gusto europeo y, sobre todo, gringo. Y tras eso, vienen, después, imposiciones sobre la manera de comerciar y hasta de pensar; de que lado político debemos estar y qué modelos de vida debemos seguir. Y en el colmo de las cosas, se nos dice qué modelo de mujer debemos tener como ideal. De tal manera que, a nuestras chaparras y prietas nos hacen verlas de menos para preferir las canches, altas y ojos verdes. ¿ Se dan cuenta hasta dónde llegan las implicaciones del sistema de inducir nuestras referencias? Por eso, defendámonos y busquemos, también, conocer a nuestros escritores centroamericanos. En ese sentido, el esfuerzo que Editorial Letra Negra hace por publicar autores centroamericanos, me parece encomiable.
FUENTE: Nuestro Diario
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