Sábado 29 de julio de 2006. El Periódico. laColumna: Follarismos
Libros. Un libro puede incluso salvarle la vida
Por: Raúl de la Horra
A usted no le gusta leer. No importa. Un libro puede servir para que lo lleve a la oficina y lo coloque displicentemente sobre el escritorio, lo que impresionará a sus superiores y quizá le ayude a obtener un ascenso. O puede servirle para estabilizar un mueble cojo, atrancar una puerta, hacer más alta una lámpara, o como pisapapeles.
Los libros impresionan siempre en la biblioteca de una sala, y el propietario aparecerá ante sus invitados como alguien de amplia y refinada cultura. Además –ya lo dije en una ocasión–, si se rodea de libros puede disuadir a los ladrones de visitar su casa, pues los libros significan riqueza sólo para los locos.
Un libro puede ser un argumento convincente tras una disputa, si lo lanza la esposa furibunda al occipital de su marido. Varios libros pueden servir también como piezas de Lego para que los niños se entretengan y armen casas, muros o puentes, o para que los pequeñuelos les arranquen las hojas con delectación una a una.
Llevar un libro bajo el brazo cuando tiene una cita con una mujer vanidosa puede salvarlo de la ruina, pues estas mujeres no suelen casarse con hombres que leen, ya que probablemente nunca podrán complacerlas. Pero si quiere impresionar a una mujer sensible, inteligente e incluso bonita, regálele un libro y verá cómo aumenta su sex appeal.
En fin, un libro puede incluso salvarle la vida, como le pasó a un amigo nicaragüense durante la guerra, cuando una bala perdida se detuvo a veinte centímetros de su cabeza, paralizada por las páginas de papel cebolla de Don Miguel de Cervantes Saavedra. Por eso, aunque usted no lea, vaya este fin de semana a la Feria Centroamericana del Libro en el Parque de la Industria y cómprese uno. Le aseguro que no se arrepentirá.
FUENTE: El Periódico |