Sábado 22 de julio de 2006 - Pag. 14 Prensa Libre: Opinión
-ALEPH- Pocas cosas nos harían tanto bien como que cada habitante de este país tuviera acceso a una diversidad de lecturas. Como respirar
Por: Carolina Escobar Sarti
Leer es como respirar, como comer y besar. Indispensable para vivir. Ya sé que es una herejía decir cosas como ésta en una Guatemala donde millones de personas mueren a diario de desnutrición y donde otras tantas no saben ni escribir y menos leer su propio nombre. Pocas cosas nos harían tanto bien como que cada habitante de este país tuviera acceso a una diversidad de lecturas, independientemente de si decidiera o no leerlas, pero después de siglos de grandes civilizaciones y de ilustración en otras regiones del planeta, aquí los libros siguen siendo artículos de lujo. Por eso somos el paraíso de las fotocopias, los libros “bajados” de Internet y los discos pirata.
Me declaro adicta a los libros, lectora empedernida, ratona de biblioteca, bibliómana, de aquellas personas para las que una librería representa lo que para otros una cantina. Por eso hago como los alcohólicos anónimos: cada vez que estoy en uno de esos lugares repletos de libros, digo algo así como “sólo por hoy voy a ver si me aguanto y puedo pasar esta prueba”. Por supuesto, llevo en mi haber innumerables fracasos en estas lides. Lo cierto es que si ya me provoca cierta angustia no tener el tiempo suficiente para leer los libros que tengo, más me la provoca pensar en todos los que existen y jamás tendré tiempo de leer.
Se acerca la X Feria Internacional del Libro en Centroamérica (FILCEN), que se celebrará conjuntamente con la IV Feria Internacional del Libro en Guatemala (FILGUA). Del 28 de julio al 6 de agosto, el Parque de la Industria será, nuevamente, el hogar temporal de muchos libros de más de 120 editoriales nacionales, centroamericanas, caribeñas y sudamericanas, entre otras. Además, será el escenario de una serie de actividades y foros destinados a todos los públicos, pero principalmente a la niñez guatemalteca y centroamericana.
Bajo el lema de “Vamos por un país de lectores”, en esta Feria se realizarán también un Encuentro de escritores centroamericanos, diversas presentaciones de libros, un Seminario sobre literatura guatemalteca contemporánea, otro sobre literatura infantil y hasta un ensamble literario-musical de mucha calidad, todas actividades respaldadas por la presencia de grandes figuras nacionales e internacionales.
De todo, lo que más me gusta es que esta Feria sea dedicada a la niñez. Que los maestros de literatura sepan más sobre literatura infantil, que niños y niñas con sus familias asistan a un concierto durante el cual se narren simultáneamente cuentos, que puedan estar en actividades diseñadas para ellos, que jueguen con los libros, que se familiaricen con ellos y aprendan a no temerles. Quizá estas próximas generaciones recuperen un poco del amor a la palabra que se ha perdido.
No soy de las que se resiste a la tecnología y me gustan muchos de los cambios que han llegado con Internet, pero sí soy de esa generación que cree que el libro es insustituible. Es que los libros puede llevarlos uno bajo el brazo, casi como otra parte del cuerpo, en estrecha y permanente relación. Un buen libro se extraña cuando se termina de leer, y puede acompañarlo a uno en los mejores y los peores momentos. Un libro le permite a uno viajar a otros lugares sin salir de la habitación donde se lee; le permite a uno imaginar muchas cosas, conocer otras formas de ver el mundo, le permite vivir la trascendencia humana que se expresa a través de la palabra. Además, el libro tiene la ventaja de que ningún ladrón guatemalteco de esos que se dedican a robar celulares y carteras, arriesgaría su pellejo por un libro que uno lleva bajo el brazo, a menos que fuera una de aquellas ediciones príncipes que valen mucho dinero y él lo supiera. Cosa prácticamente imposible en nuestro medio.
La percepción que se tiene de un libro funciona de igual manera que la que se tiene sobre el sexo: sólo es apreciado por quien lo ha conocido como una experiencia grata. Bien se dice popularmente que lo que no se conoce no se extraña. Tengo curiosidad por saber que pasará en la Feria del Libro, por lo que experimentarán los nuevos lectores guatemaltecos cuando se enlacen al resto de la humanidad a través de otras ideas e imágenes, y por saber qué sentiré cuando me pare frente a tantos libros sin poderme decidir por alguno de ellos.
FUENTE: www.prensalibre.com |