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El Periódico / Opinión. Guatemala, jueves 16 de octubre de 2003.

 

 

 

Ojalá nunca perdamos la memoria, y se pueda hacer justicia.
________

Sí hubo genocidio: Victoria Sanford
Por: Miguel Ángel (Zurdo) Sandoval*

Hace poco asistí a la presentación del libro de Victoria Sanford Violencia y Genocidio en Guatemala. Como se sabe, el genocidio fue cometido por el Ejército bajo las órdenes del gobierno de facto de ríos montt (con minúsculas). Con una documentación de primera mano y varios años de trabajo de campo, la autora demuestra has la saciedad que en nuestro país la campaña contra la población, indígena principalmente, fue sistemática y sin duda alguna, violando preceptos básicos de la Convención contra el Genocidio de las Naciones Unidas.

Con precisión, fuentes de lo más amplio posible y en entrevistas con sobrevivientes, Sanford ilustra los tres momentos de la campaña genocida cometida a lo largo de diez años contra de la población guatemalteca. El primer acto de esta obra muestra de terror y crimen es la política de tierra arrasada y genocidio; el segundo, es la búsqueda y aniquilamiento de las personas que habían logrado huir de los pueblos destruidos; y el tercero, son los programas de concentración en lugares que nada tienen que envidiar a los campos de concentración nazis en la Segunda Guerra Mundial o las aldeas estratégicas en la guerra de Vietnam.

En una parte de su intervención, por lo demás se encuentra en el libro presentado, la autora demuestra cómo las cifras que quieren presentar una disminución en el número de masacres durante ríos montt, lo que esconden es la concentración de las mismas y el aumento del número de víctimas en cada una de ellas. En una palabra, su mayor elaboración.

Todo ello planificado, dirigido, y justificado desde el alto mando militar de este genocida. Los datos son elocuentes, las cifras dan escalofrío. Si ya se conoce el resultado de la Recuperación de la Memoria Histórica (Remhi) y el informe de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico (CEH), el trabajo de Sanford agrega tres elementos que considero innovadores en el análisis. El primero es la caracterización del genocidio con los períodos que el mismo incluyó, y junto a ello, la demostración del nivel de violación a la legislación internacional sobre la materia.

El segundo es la demostración de la vinculación de las sectas fundamentalistas como aliadas de la represión. La iglesia Gospel y el Verbo del general genocida dejan de ser simples centros de oración y pasan a ser denunciadas como instrumentos de la representación.

El tercer tema es la participación de la administración estadounidense encabezada por Ronald Reagan. En esta parte del análisis, Sanford se apoya en daros categóricos desclasificados, escritos por oficiales de la CIA o funcionarios de la Embajada de EE.UU. en nuestro país. En una parte de los desclasificados se puede leer que “hay que apoyar a ríos montt”. Más claro ni el agua. Primero fue la investigación de 1954 y el derrocamiento del gobierno constitucional de Jacobo Arbenz, que supimos de forma oficial no hace mucho. Ahora es la demostración del apoyo a la política de genocidio. Ojalá nunca perdamos la memoria y se pueda hacer justicia. (mszurdo@hotmail.com)

PERSISTENCIA. Violencia y genocidio.
“Mi solidaridad y admiración a Rigoberta Menchú,
por su lucha en contra del genocidio en Guatemala”.

Por: Margarita Carrera

Prensa Libre / Cultura. Guatemala, viernes 17 de octubre de 2003.

La editorial F&G acaba de publicar "Violencia y genocidio en Guatemala", de Victoria Sanford. Una rigurosa investigación sobre la era de terror durante el conflicto armado, en donde se confirma el Delito de Genocidio por parte del Ejército.

Sanford señala tres campañas de genocidio planeadas por el Ejército en contra de la población maya.

La primera fue la destrucción completa de todo un pueblo bajo la estrategia de "tierra arrasada". La segunda se centró en la persecución y muerte de los sobrevivientes de las masacres, para lo cual se bombardearon zonas en las montañas en donde se refugiaban las Comunidades de Población en Resistencia (CPR).

La tercera consistió en campos de concentración de los sobrevivientes, llamados "aldeas modelo", que recuerdan los campos de concentración nazi.

Según Sanford, los ex dictadores Romeo Lucas García y Efraín Ríos Montt, en connivencia con el general Héctor Gramajo, fueron los autores intelectuales de las masacres contra el pueblo maya. Para disfrazar el genocidio, Ríos Montt decía que se estaba "arrasando comunistas", lo cual era aceptado en el interior del país y en el extranjero.

Cuando aún no estaba en el poder el FRG, oí a un empresario racista y clasista decir que él votaría por Ríos Montt pues, de subir éste al poder, continuaría con las masacres y terminaría con todos los indígenas guatemaltecos.

Un memorándum secreto, fechado el 5 de octubre de 1981, del Departamento de Estado de Estados Unidos, reconoce que el entonces dictador general Romeo Lucas García creía que "la política de represión" estaba funcionando. Se hablaba del "exterminio de las guerrillas, sus colaboradores y simpatizantes".

La definición de genocidio dada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 9 de diciembre de 1948, dice: "Genocidio significa cualquiera de las siguientes acciones perpetradas con la intención de destruir, total o parcialmente, un grupo nacional, étnico, racial o religioso".

Entre estas acciones está la matanza de miembros del grupo, así como someter al grupo a ínfimas condiciones de vida, destinadas a acarrear su destrucción física total o parcial. Se establece claramente que "genocidio, ya sea que se cometa en tiempo de paz o guerra, es un crimen bajo ley internacional que (los países signatarios) aprueban para prevenirlo y castigarlo".

Sanford, basándose en investigaciones y documentos de gran valor, prueba que el Ejército guatemalteco cometió genocidio.

Prensa Libre / Revista D. Guatemala, domingo 14 de octubre de 2003.

 

 

“El general Efraín Ríos Montt hablaba (en 1982) de 'sacar al pez del agua', siendo los mayas el agua y la guerrilla el pez...”.

Victoria Sanford
al indicar que rios distinguia entre los subversivos y la poblacion civil, la cual era victima de las masacres.

 

“Es como tener de candidato a Hitler”
La antropóloga Victoria Sanford es autora de
“Violencia y genocidio en Guatemala”, libro en el que responsabiliza
al general Efraín Ríos Montt por la serie de masacres cometidas en 1982.

Por: Gustavo Adolfo Montenegro

Eso dijo al preguntarle lo que pensaba acerca de la candidatura del general Efraín Ríos Montt, a quien señala como uno de los autores de la campaña de exterminio en contra de la población maya. Para probar su acusación, presenta testimonios de sobrevivientes de las masacres, notas periodísticas de 1982, estadísticas de mortalidad y documentos desclasificados del Gobierno de Estados Unidos.

Victoria llegó por primera vez a Guatemala en 1990, por tierra. En Estados Unidos había conocido a varios indígenas guatemaltecos refugiados. Las historias de dolor que le contaron, la llevaron a buscar el país de donde huyeron.

– ¿Cómo decidió viajar a Guatemala?
Fue impulsiva la decisión. Tomar un autobús desde la frontera con México hasta frontera con Guatemala. Una amiga me acompañó.

– En ese momento aún había conflicto armado... ¿cómo encontró el país?
Había mucho temor y mucha represión. Estábamos en un hotel en Huehuetenango, dijimos que íbamos a San Miguel Acatán, y una señora trató de convencernos de que no fuéramos. No vayan, nos decía con mucho temor.

– ¿Y fueron?
En la camioneta nos dimos cuenta de que no sólo éramos las únicas gringas, sino las únicas personas que no eran canjobales. Al llegar, la escuela estaba cerrada, la iglesia también. Había que entrar por atrás a las casas, porque puertas y ventanas estaban clavadas, y los muebles amontonados.

– ¿A cuántas personas entrevistó?
Fueron más de 400 sobrevivientes de masacres, pero también integrantes del Ejército, patrulleros civiles y refugiados en Estados Unidos, México y Costa Rica.

– Si bien fue un trabajo profesional, ¿le afectó en forma personal?
Si hubiera sido sólo algo profesional, era tanto dolor que lo hubiera dejado. Uno trataba de consolar a la persona cuando estaba llorando y hasta le decía: “No tiene que seguir hablando”; pero la gente respondía: “Quiero seguir contando”. Allí había una convicción personal mía de acompañar a las víctimas.

– ¿Fue difícil convencer a los testigos?
No hubo que convencer a nadie. Igual que los antropólogos forenses, yo estaba invitada por la comunidad, pues se trata de un espacio emocional y político para la verdad, para encontrar su historia...

A las 6 de la mañana ya había gente esperando, y seguían llegando a las 11 de la noche. Lo recomendable era recabar dos o tres testimonios por día, pero hubo jornadas que tomé 16 y hasta 18.

– ¿Alguna vez sintió que corría peligro por su trabajo?
En 1993, antes de los acuerdos de paz, antes de la llegada de Minugua, estábamos trabajando en Rabinal. Recibimos una amenaza en la capital: “Dejen los muertos en paz, hijos de puta”. Fue por fax, una amenaza de tipo posmoderno. Nosotros pensamos: “Hay que seguir, pues tenemos un compromiso ético con la comunidad”. Cuando regresamos a Rabinal toda la gente estaba muy callada. Nos enteramos de que el comandante de la base militar había reunido a hombres de la comunidad y les había dicho que antropólogos, periodistas y voluntarios eran subversivos, y que si seguían trabajando con ellos iba a volver la violencia de antes. Pero la gente había estado platicando entre sí y nos dijo: Tenemos la responsabilidad de seguir con esto, no nos dejen solos; si ustedes se van, entonces nos quedaremos solos...

– En junio de 2002 resurgen los ex PAC, exigiendo una compensación económica que aún es tema de discusión... ¿Qué piensa Ud. de ese movimiento?
Debe compensarse a las víctimas y no a los victimarios. Es cierto que mucha gente fue forzada, y la gente en las comunidades sabe quiénes estuvieron a la fuerza; pero hubo también quienes aprovecharon el poder para su propia ganancia.

El año pasado, los ex comisionados militares iban de comunidad en comunidad recolectando firmas, aunque nunca las tomaron de quienes estaban ya en actividades de derechos humanos o pidiendo exhumaciones. Este movimiento es, obviamente, una táctica del FRG para obtener votos.

Dijeron que van a compartir la compensación con las viudas, pero es mentira: no van a compartir nada con ellas. Pues justamente son ellos los que siguen hostigando y amenazando a las viudas, una política muy propia de Ríos Montt.

– Hace unas tres semanas, el presiden te Portillo les dijo a los ex-PAC: “Ustedes son héroes”.
Pues serán héroes del genocidio, pero no héroes de la gente. Héroes de una estrategia militar para acabar con comunidades indígenas, para matar niños y niñas, mujeres y ancianos.

– ¿Qué piensa usted de la candidatura del general Ríos Montt?
No puedo quitarme de la mente que es como tener de candidato a (Adolfo) Hitler después de la II Guerra Mundial. Es una cosa incomprensible que una persona responsable por genocidio pueda ser candidato, cuando debe estar en el “bote”, por lo que hizo.

– Pero él niega esto, adujo que era jefe de Estado y que la campaña militar la manejaban otros...
El mismo dio órdenes, él mismo firmó papeles, él mismo era parte de la campaña Victoria 82, que incluía el uso de las PAC para las masacres.

– ¿Cómo comprobar esto?
Es en el tercer mes del gobierno de Ríos Montt que aumenta la cantidad de muertos en las masacres. Es en el tercer mes de Ríos Montt que se aumenta tanto la cantidad de mujeres y niños asesinados que hasta parece que hay menos hombres muriendo. El genocidio es una violación de la ley internacional, para la cual no hay amnistía.

– Hasta ahora, los esfuerzos por llevarlo a juicio se han quedado estancados... como si no hubiera pruebas.
La violencia que hay en este libro también está registrada en el Rehmi, en el informe de la Comisión de Esclarecimiento Histórico. No sé cuántas veces se deba repetir la misma información para que la gente se convenza.

Además, están los documentos desclasificados del Departamento de Estado de EEUU en el propio lenguaje que usaba Ríos Montt, (Héctor Alejandro) Gramajo y (Otto) Pérez Molina durante el genocidio. El problema con los juicios internacionales es que son procesos muy largos, pero sí hay un caso contra Ríos Montt en la Corte Interamericana que va a abrir este año o el próximo.

– ¿Y qué hay del apoyo que Estados Unidos dio a la lucha contrainsurgente?
Como ciudadana americana, me siento avergonzada por la política del gobierno de mi país en esos años.

Siglo XXI / Los libros no muerden. Guatemala, octubre de 2003.

Violencia y genocidio en Guatemala
Por: Jorge Carro L.

Ciento veinte páginas cargadas de esa información que, por esclarecedora, quisiéramos fueran detonante de las acciones judiciales correspondientes. Pienso que el doctor Julio Castellanos Cambranes se quedó muy corto en su presentación, pues la investigación de Sanford establece con claridad las responsabilidades de los guatemaltecos señores de la guerra y nos recuerda, con cuánto beneplácito la administración del cowboy-presidente de USA —of course— Ronald Reagan, dos meses después de las masacres de las aldeas Estancia de la Virgen, Choatlum y Chipila, en Chimaltenango, declaró que este país no constituía 'un grave violador de los derechos humanos'.

Al concluir su lectura uno siente que no puede quedar impune el exterminio de pueblos enteros, los asesinatos en masa de niños, mujeres, ancianos y hombres, muchos de los cuales señalan al entonces comandante en jefe de Ejército, actual presidente del Congreso Nacional y candidato a la Presidencia por el FRG.

Después de leer los escalofriantes relatos de los sobrevivientes, uno no puede menos que preguntarse: ¿Cómo es posible que los herederos de esos exterminados puedan a lo mejor votar por él, que pareciera, según la investigación de Victoria Sanford, estuvo al igual que el Ejército que comandaba, al servicio de la oligarquía agraria, la misma que hoy, con un elegante tacuche democrático, lo impugna?

Este libro se leerá de un tirón, pero garantizado si usted tiene sangre en las venas, no olvidará sus revelaciones jamás. Cómprelo y léalo, es una forma de conocer la verdadera Historia de Guatemala.

elPeriódico. Pág. 15. Guatemala, martes 16 de marzo de 2010.

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