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Prensa Libre / Cultura. Pág. 47. Guatemala, martes 20 de enero de 2009. |
Patria mi cuerpo. Historia de una mujer desnuda es el título del más reciente poemario de Carolina Escobar Sarti, el cual será presentado el próximo jueves. La obra, editada por F&G Editores, “confirma la valentía más absoluta de una mujer que se desnuda para acusar sin más armas que su verbo, todo aquello que envilece la vida de nuestros pueblos”, comenta en la contraportada Carmen Najarro. “La desnudez nos atemoriza y avergüenza. Carolina se atreve a escribir con esa pureza con que salimos del vientre materno, para invitarnos a hacer lo mismo frente a los escondidos con vestidos y galas para ocultar su vileza de vender patria en pro de su mayor capitalismo, cada vez más alejado de la miseria en la que viven tantos seres humanos”, dice Najarro. La presentación tendrá lugar el jueves 22 de enero, a las 18 horas, en el Centro Luis Cardoza y Aragón de la Embajada de México, 2a. avenida 7-57, zona 10. Entrada libre. |
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Prensa Libre / Cultura. Pág. 55. Guatemala, jueves 22 de enero de 2009. |
Patria mi cuerpo. Historia de una mujer desnuda. Hoy, presentación del más reciente poemario de Carolina Escobar Sarti. Participan con ella Ana María Cofiño y Francisco Morales Santos.
>Centro Cultural Luis Cardoza y Aragón de la Embajada de México |
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Prensa Libre / Weekend. Pág. 2. Guatemala, viernes 23 de enero de 2009. |
Carolina Escobar Sarti utiliza la palabra, la imagen y la metáfora, por medio de su propio cuerpo, para denunciar, esclarecer y sublimar la realidad que enfrentan muchas personas, dede ella misma hasta el lector, con una poesía potente, susurrante y a veces desconsolada que toma nuevos giros en su perenne búsqueda poética. |
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Prensa Libre / Cultura. Pág. 52. Guatemala, viernes 23 de enero de 2009. |
Por: Margarita Carrera / Revelaciones Patria mi cuerpo. Historia de una mujer desnuda, es el nombre del último poemario de Carolina Escobar Sarti. La primera obra que publica F&G este año, después de “15 años al servicio de la cultura”. Como introducción, en la contraportada del nítido libro, está la presentación que hace de él la poetisa centroamericana Carmen Naranjo: “Elogio infinito de la desnudez. Hay palabras que dan miedo. Una de ellas es ‘verdad’ porque se usa para mentir, para esconder hechos reales y beneficiar a los poderosos. Otra palabra es ‘cuerpo’, porque existen formas de figurarlo o desfigurarlo. Carolina deslumbra con su dominio de la palabra y con el acierto original de su uso. Patria mi cuerpo. Historia de una mujer desnuda confirma la valentía más absoluta de una mujer que se desnuda para acusar sin más armas que su verbo, todo aquello que envilece la vida de nuestros pueblos. La desnudez nos atemoriza y avergüenza. Carolina se atreve a escribir con esa pureza con que salimos del vientre materno, para invitarnos a hacer lo mismo frente a los escondidos con vestidos y galas para ocultar su vileza de vender patria en pro de su mayor capitalismo, cada vez más alejado de la miseria en la que viven tantos seres humanos. Grabemos en nuestros cuerpos desnudos estas palabras de uno de sus poemas: ‘El hambre es una muerte que no tiene fuerzas para morir’.” Leyendo a Carolina, yo podría agregar que su poesía es aquel agudo silencio que por fin se torna palabra. Patético reto que la asciende y trasciende; voz oculta que la arranca de la apatía; ámbito propio y ámbito ajeno. Hermética eternidad insondable. Totalidad del ser que se niega al no ser: “Máscara/ intención/ de ser y no ser”. Respuesta a nuestras interrogantes. Denuncia y abandono. Sobre todo, denuncia: “en su Día Especial, a los 140 millones de mujeres mutiladas”: “La noche ocre ceremonial/ fue del viento que cortaba/ cristales cuchillos latas piedras afiladas/ (hipocresía hoy cortada/ en higiénicos hospitales)/ el rito a la sombra de/ la palabra mentirosa del padre/ la segunda mentira de la madre./ Las vecinas le agarraron los brazos la tía y la prima le abrieron las piernas manos en tobillos –cadenas- la vulva abierta calor de pecho a frente hoja fría en botón ardor incendio en el vientre el cuchillo en la respiración ardiente filo en el labio derecho/ Grito mutilado/ (no hay que deshonrar a la familia)...” La poesía de Carolina es, además, amor, que suprime toda indiferencia: “A mí lo que me queda/ es quedarme en ti./ En las paredes de esta boca/ tu imagen inasible/ en las yemas de mis dedos/ tu confesión/ guardados en mi garganta/ dos cuerpos”. La poesía de Carolina es vida porque es muerte: “Lo único cierto en la vida/ es la muerte”. El cuerpo se transforma en liturgia, más bien, el cuerpo es liturgia: “En mi cuerpo encalló/ la traducción/ soy puerto de paso/ mensajera de pirámides...” O bien, “Soy un cuerpo ladrón/ confeso y confesionario/ hostia sin consagrar/ que te roba instantes/ y acepta su condena/ en tu cuerpo siempre extranjero/ en el sudor de tu saliva/ en tu sueño lejano...” Carolina se concentra en la palabra que le nace cada día con el despertar del alba. Voz propia que se lanza a la conquista de lo verídico que hay detrás de cada poema. Voz propia que viene siendo identidad: “existís porque te nombro”. Así la palabra se desliga de brumas y sopores para acercarse a lo amado. La palabra equivale a la puerta que “no conoce la distancia/ sino por los pasos/ que te separan de ella”. |
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Diario de Centroamerica / La Revista. Pág. 14. Guatemala, viernes 23 de enero de 2009. |
>Historia
de una mujer desnuda Hay fórmulas para desfigurar, mentir y esconder lo que significa una mujer para sí misma. En este poemario, la mujer declara la posesión de su cuerpo, libre de vestiduras y de fórmulas sociales; declara que necesita entregarse al amor sin prejuicios; pide que el sufrimiento y la alegría sean compartidos. La mujer de la que Escobar Sarti habla es real y está inmersa en un mundo que restringe la expresión femenina, por eso declara que las únicas armas con que cuenta la mujer para llenarse de poder es apoderarse de sí. La autora aborda los sentimientos, dudas y temores de la mujer consigo y en su entorno, el hilo conductor de esta obra es la dimensión más palpable de los seres huamanos: el cuerpo, de allí su elogio a la desnudez. | NM | DCA |
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Revista D / Prensa Libre. Pág. D-29. Guatemala, 25 de enero de 2009. |
Nuestra recomendación “Elogio infinito de la desnudez. Hay palabras que dan miedo. Una de ellas es ‘verdad’ porque se usa para mentir, para esconder hechos reales y beneficiar a los poderosos. Otra palabra es ‘cuerpo’, porque existen formas de figurarlo o desfigurarlo. Carolina deslumbra con su dominio de la palabra y con el acierto original de su uso. Patria mi cuerpo. Historia de una mujer desnuda confirma la valentía más absoluta de una mujer que se desnuda para acusar, sin más armas que su verbo, todo aquello que envilece la vida de nuestros pueblos. La desnudez nos atemoriza y avergüenza. Carolina se atreve a escribir con esa pureza con que salimos del vientre materno, para invitarnos a hacer lo mismo frente a los escondidos con vestidos y galas para ocultar su vileza de vender patria en pro de su mayor capitalismo, cada vez más alejado de la miseria en la que viven tantos seres humanos. Grabemos en nuestros cuerpos desnudos estas palabras de uno de sus poemas: El hambre es una muerte que no tiene fuerzas para morir”. (Carmen Naranjo, en contraportada). Patria mi cuerpo. Historia de una mujer desnuda. Carolina Escobar Sarti. F&G Editores. 97 páginas. |
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Prensa Libre / Sociedad. Pág. 2. Guatemala, sábado 14 de febrero de 2009. |
LIBRO / PRESENTACIÓN Texto y fotos: Edwin Castro “Patria mi cuerpo. Historia de una mujer desnuda”, se titula el poemario que presentó recientemente Carolina Escobar Sarti. Es la primera obra que publica en 2009 la editorial F&G, con 15 años al servicio de la cultura. La obra vio la luz pública en acto celebrado en el auditorio Luis Cardoza y Aragón, de la Embajada de México, con los comentarios de los escritores Ana María Cofiño y Francisco Morales Santos. “Carolina deslumbra con su dominio de la palabra y con el acierto original de su uso. Confirma la valentía más absoluta de una mujer que se desnuda para acusar sin más armas que su verbo, todo aquello que envilece la vida de nuestros pueblos”, dice de la obra la también escritora Carmen Naranjo. |
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laguiadeguate.com Guatemala, viernes 6 de marzo de 2009. |
Poesía | Versos dedicados al cuerpo femenino Por: Sara Bran La poeta guatemalteca Carolina Escobar Sarti sorprende a los lectores con una nueva entrega de poemas, los que divide en seis capítulos, todos relacionados al cuerpo y a la desnudez. Esta es la segunda oportunidad en la que la escritora trabaja con la editorial F&G. “La desnudez nos atemoriza y avergüenza. Carolina se atreve a escribir con esa pureza con que salimos del vientre materno, para invitarnos a hacer lo mismo frente a los escondidos con vestidos y galas para ocultar su vileza de vender patria en pro de su mayor capitalismo, cada vez más alejado de la miseria en la que viven tantos seres humanos“, refiere Carmen Naranjo, poetisa costarricense, en la contraportada del libro. En un fragmento del poemario la autora nos dice: “Mío el cuerpo y la tierra de mi madre/ mía esta patria sin país/ frontera porosa mi cuerpo/ aldea, ciudad, continente/ patria mi cuerpo abierto en su infinita anchura/ carne que alumbra la piel de los caminos/ y se interna en los ríos anchos del futuro imaginado/ late corazón/ patria mi cuerpo/ ineludible lugar de inicios y finales verdad de tiempo/ siempre se vuelve/ patria mi cuerpo. En breve Carolina Escobar Sarti es columnista de Prensa Libre, catedrática universitaria e investigadora social. Licenciada en Letras, cuenta con una maestría en Literatura Hispanoamericana, una especialización en Población y Desarrollo de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales y un título de suficiencia investigadora por la Universidad de Salamanca, España. Es autora de No somos poetas (F&G, 2006), La penúltima luz (Ediciones del Pensativo, 1999), Palabras sonámbulas (Ediciones CES, 2000) y Rasgar el silencio (Editorial Palo de Hormigo, 2003). La escritora también ha sido invitada a leer su obra en México, Argentina, El Salvador, Nicaragua, Panamá, Hungría, España y Canadá. |
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Diario de Centroamerica / Arte & Cultura. Pág. 13. Guatemala, miércoles 11 de marzo de 2009. |
Patria mi cuerpo Salió a la luz bajo el sello editorial F&G, Figueroa Sarti fue su editor. Junto a Ana María Cofiño y Francisco Morales Santos presentaron este poemario en el Centro Cultural Luis Cardoza y Aragón, recientemente. En el libro, como su título anuncia, el cuerpo es una espacialidad que se orienta en la sociedad y hacia la historia patria. Esta espacialidad viene a convertirse en un lugar habitado por otras entidades anteriores. El cuerpo es una pertenencia a un lugar: mi cuerpo patria. Patria pertenece a la palabra páter o del padre, es parte de la paternidad, un lugar donde se guarda a los parientes, lo que guarda, resguarda a los descendientes. Es como el cofre, el arcón donde se guarda a la descendencia con la propia historia y la pertenencia física al lugar, para cuidar de la prole. Patria y arca, entonces cuerpo, mi páter-arca, el título, ya nos revela una traición que proviene del propio lenguaje, pues éste esconde en su calidad de instrumento, un sentido ajeno al que se quiere comunicar. Los lenguajes han sido construidos bajo patrones dominantes dentro de la cultura y éstos, como se sabe, han sido falocéntricos. Es por eso cuando la autora da el primer paso no sabe sobre qué camina. Sin embargo, ella encuentra en el cuerpo una manera de ir comprendiendo el lugar como un movimiento, una dis-locación, un tiempo que se hace consciencia desnuda. En los primeros versos comienza ese viaje de liberación que no se alcanzará sino hasta después de la penosa travesía. Más allá de encontrar los lugares comunes, luego las mamposterías y el maquillaje que borra la diferencia, poco a poco va apareciendo la lucha tremenda con el lenguaje, con las costumbres de su uso, hasta tener un decir más claro, más cerca del cuerpo que dejará de ser el arca del páter, para convertirse en palabras desde el otro y para el otro. Este desdoblamiento patria-cuerpo, historia-desnudez, descubre que el cuerpo es el manejo sobre él, la políticas que lo obligan, que lo transforman, que lo maniatan o lo propulsan, comenzando por la educación, siguiendo por la maternidad, deambulando el erotismo, confundiéndose con los credos. Y con todo eso va desencadenando estados del cuerpo, estados de esa “patria” y de esa parentela que se ha convertido en el cuerpo-historia que se habita, reconociendo al otro lejano o cercano siempre como la forma de la mayor libertad. Dentro del ejercicio desatado por Carolina el trabajo del poeta se convierte en motivo principal del cuerpo-historia y cabalmente, representa el fin de la experiencia poética. Es decir, que al llegar a esa finalidad, que se vuelve origen, encuentra silencio, descubre que el “yo poético” o el “yo soy poeta”, inmediatamente se silencia, se avizora como el mayor de los obstáculos. Esa personificación abre toda la pre-figuración que existe en los estereotipos ya hechos por la cultura, a los que la autora les entabla la lucha. En este caso la batalla que se vuelve a pelear, es la de demostrar que a partir de la experiencia vivida la palabra tiene que cambiar, abrirse a un nuevo decir, para descubrir qué es lo que se ha vivido realmente y transformar el lenguaje. La autora experimenta la estrechez de esta batalla, donde el campo es el yo mismo y está ahogado en la inmensidad de lo mismo, los mecanismos que repiten los valores dominantes. El nuevo poemario de Carolina es una investigación que se descubre poética e intenta encontrar un lenguaje que acierte con el cuerpo. En el poema Cerradura la mujer se libera por la palabra y nos muestra esta angustia del hostigamiento de lo desconocido que se cierne alrededor, cercándola. Esas políticas que se han mimetizado en el cuerpo y que ahora se agazapan dentro y aparecen como una cárcel.
En la Carta Segunda la autora se libera y encuentra una música distinta, es consciente del silencio de la poesía y se lanza de nuevo a creer.
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Prensa Libre / Cultura. Pág. 66. Guatemala, lunes 29 de junio de 2009. |
Por: Redacción espectáculos La buena noticia es que hay material fresco para leer. Pero la mejor noticia es que todos estos libros son de factura guatemalteca. Ediciones bien terminadas, aún las más modestas, muestran que en este país hay gente que sabe hacer bien los libros y ello involucra tanto a quien escribe, como a quien crea el objeto que llevará muy lejos esas palabras. PASION Poemas que incitan, descubren, denuncian y también renuncian. Defienden y atacan. Visten y desvisten. Carolina Escobar se revela y se rebela. F&G Editores. |
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