Contenido:
Primera parte. 21, 22 y 23 de abril
I En el Portal del Señor /
II La muerte del Mosco /
III La fuga del Pelele /
IV Cara de Ángel /
V ¡Ese animal! /
VI La cabeza de un General /
VII Absolución arzobispal /
VIII El titiritero del Portal /
IX Ojo de vidrio /
X Príncipes de la milicia /
XI El rapto
Segunda parte. 24, 25, 26 y 27 de abril
XII Camila /
XIII Capturas /
XIV ¡Todo el orbe cante! /
XV Tíos y tías /
XVI En la Casa Nueva /
XVII Amor Urdemales /
XVIII Toquidos /
XIX Las cuentas y el chocolate /
XX Coyotes de la misma loma /
XXI Vuelta en redondo /
XXII La tumba viva /
XXIII El parte al Señor Presidente /
XXIV Casa de mujeres malas /
XXV El paradero de la muerte /
XXVI Torbellino /
XXVII Camino al destierro
Tercera parte. Semanas, meses, años...
XXVIII Habla en la sombra /
XXIX Consejo de Guerra /
XXX Matrimonio in extremis /
XXXI Centinelas de hielo /
XXXII El Señor Presidente /
XXXIII Los puntos sobre las íes /
XXXIV Luz para ciegos /
XXXV Canción de canciones /
XXXVI La revolución /
XXXVII El baile de Tohil /
XXXVIII El viaje /
XXXIX El Puerto /
XL Gallina ciega /
XLI Parte sin novedad /
Epílogo /
Glosario.
Ilustración de portada: Mayro de León: “Personaje”. Óleo sobre
tela, 55.88 x 71.12 cm, 2010.
Retrato de Miguel Ángel Asturias: Mayro de León: “Miguel Ángel
Asturias”. Óleo sobre tela, 81.28 x 48.26 cm, 2010.
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De contraportada: ¿Por qué El Señor Presidente sigue siendo una novela actual?
A lo mejor es por la condena implícita en sus puntos suspensivos. «...¡Alumbra lumbre de alumbre, Luzbel de piedralumbre!», empieza Asturias, como diciéndonos que esta realidad que presenta en su novela, nos viene desde siempre. «Kyrie eleison...», termina, para insinuarnos que la tragedia nos sobrevivirá por los siglos de los siglos.
O porque, independientemente de sus referencias históricas, nos muestra un imaginario en el cual reconocemos algunos de nuestros mitos más íntimos. Un dios que todo lo ve, un arcángel, su favorito, y una Virgen intercesora. Sin embargo, donde Dios es un Señor Presidente cruel y sanguinario, el arcángel, «bello y malo como Satán», se subleva, no por soberbia sino por amor, y por ello es desterrado al infierno de los calabozos. Y la intercesión de la Virgen, lejos de salvar, condena. Un mundo en apariencia al revés, pero que probablemente sea un retrato más fiel del lugar en donde vivimos.
O pueda ser porque este libro tiene eso, tan difícil de explicar, que tienen las grandes obras: la particularidad que invita al lector, a pesar de los años, los territorios o las lenguas, a construir universos en los que se descubre a sí mismo.
Sea como fuere, El Señor Presidente continúa siendo espejo y oráculo, invitación y reto. Una lectura imprescindible para Guatemala y necesaria para el mundo.
Javier Mosquera Saravia.
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Miguel Ángel Asturias Rosales. Premio Nobel de Literatura, 1967. Nació el 19 de octubre de 1899 en el barrio de la Parroquia Vieja en la ciudad de Guatemala; hijo del abogado Ernesto Asturias y la maestra María Rosales. Falleció en Madrid el 9 de junio de 1974. Recibió el Premio Lenin de la Paz en 1965 y el Premio Nobel de Literatura en 1967.
Miguel Ángel Asturias es el escritor guatemalteco más reconocido universalmente. Escribió novela, cuento, poesía, teatro y periodismo. Se graduó de abogado y notario en la Universidad de San Carlos de Guatemala, donde participó en la lucha contra la dictadura del presidente Manuel Estrada Cabrera, hasta que éste fue derrocado. Fundó y dirigió la Universidad Popular en 1923.
Entre su obra destacan: Leyendas de Guatemala (1930), El Señor Presidente (1946), Hombres de maíz (1949), Viento fuerte (1949), El Papa Verde (1954), Week-end en Guatemala (1956), La audiencia de los confines (1957), Los ojos de los enterrados (1960), El Alhajadito (1961), Mulata de Tal (1963), El espejo de Lida Sal (1967), Maladrón (1969), Viernes de Dolores (1972). |