Siglo XXI / Magacín. Págs. 1 y 12. Guatemala, domingo 20 de enero de 2013. |
“En la lectura uno
aprende a reconocer
al ser humano”
T. Andrea García-Gallont
F. Eduardo Sacayón
Uno de los 25 secretos literarios mejor guardados de América Latina; así lo nombró la Feria
Internacional del Libro de Guadalajara. A Javier Mosquera lo de escritor le vino casi naturalmente.
La facilidad con la que se expresa, la pasión con la que habla de sus historias y la complicidad que
comparte con sus personajes resulta intrigante..
“Me gusta decir que las patas
de mi cuna estaban hechas
de libros”, empieza
contándome Javier Mosquera,
mientras se acomoda
en una silla a mi lado.
La humildad con la que se
expresa sobre su trabajo,
aun luego de ser bautizado
como uno de los secretos
literarios mejor guardados,
permite que la conversación
fluya como una
historia siendo inventada.
En todo momento se expresa
de forma casi poética.
Y es que la literatura
estuvo presente en su casa
desde que era muy pequeño.
Su madre, profesora
de letras durante más
de treinta años, era ardua
lectora y amante profunda
de las ficciones. “En
mi casa lo que había era libros”,
recuerda. “Además,
mi madre era muy buena
contando cuentos; de los
recuerdos más lindos que
tengo de ella es que por
las noches nos leía. Eso
nos abría mundos”.
Conforme fue creciendo
estos mundos fueron
expandiéndose y la literatura
fue lo que le ayudó a
expresarse. Desde los 14
años empezó a escribir
cuentos –muy malos al
principio, según recuerda
entre risas–. “Empecé y
después no pude parar”.
El aprendizaje del exilio
Cuando tenía 19 años tuvo
que irse de Guatemala.
Su relación con la ideología
de izquierda y el
hecho de que simpatizaba
con el movimiento
revolucionario lo obligó
a exiliarse en México
en 1981. Allí estuvo diez
años. “Precisamente en
ese momento empecé, si
no a escribir en serio,
a aprender a escribir”.
Considerándose tan solo
un aprendiz, coincidió
con un grupo de escritores
bajo su misma situación.
Arturo Arias, José
Luis Perdomo Orellana,
Otoniel Martínez, Haroldo
Shetemul y Juan Dardón
fueron algunos de
ellos. Cada semana se reunían
a leer sus escritos,
y así fue aprendiendo el
oficio de escribir.
Cuando volvió a Guatemala,
y luego de pasar por
carreras como Pedagogía
y Matemática y Programación,
se dedicó a estudiar
Letras. “La única forma de
salir de la mediocridad es
leyendo incansablemente,
porque en la lectura uno
aprende a reconocer al
ser humano”.
Fue entonces cuando
Margarita Carrera, profesora
de una de las cátedras,
le presentó al editor
Raúl Figueroa diciéndole
a él lo tenés que publicar.
“No sé si es porque
eran muy buenos o si
tuve suerte; el hecho es
que me dijo que le gustaban
mis cuentos y que se
publicaban”.
Sobre el oficio
de escribir
Inspiración. Temida palabra
pronunciada por
muchos artistas. ¿Cómo
encontrarla? A Mosquera
no le cuesta mucho:
“Mis cuentos en general
salen primero de la realidad,
porque aunque yo
no soy un escritor realista,
a veces me baso en
algún suceso que veo y
luego lo elaboro con mis
signos”. Otra inspiración
surge de los sueños, hasta
de aquellos que resultan
extremadamente insólitos.
“La otra motivación,
más que el amor, es
el desamor”. Ese amor
imposible, esa pareja que
por alguna razón no puede
estar junta. “Además,
ser escritor en Guatemala
no es muy complicado”,
comenta. “Basta
abrir un poco los ojos,
porque aquí pasan cosas
que parecen cuento”.
Figuraciones: intrigas y monólogos
En su más reciente novela,
Figuraciones, Mosquera
narra la historia
desde el interior del protagonista.
Febo, un hombre
misterioso de quien
se sabe todo y a la vez
nada, tiene todo el dinero
para satisfacer sus caprichos:
el más grande
de ellos es Elena, objeto
de su obsesión. “Nunca
había hecho un personaje
como este”, comenta
el autor. “Empecé a pensarlo
desde hace mucho
tiempo. ¿Cómo sería una
persona con el dinero suficiente
para cubrir casi
cualquier deseo, pero que
no sea el estereotipo del
rico que tiene el dinero
suficiente para cubrilos?”
Así surgió entonces Febo.
Estudiado, millonario,
enigmático, culto, astuto,
obsesivo, seductor.
“Él no es vulgar, y detesta
la pornografía. Le encanta,
eso sí, la sensualidad.
En ella encuentra la
ternura y dulzura, pero el
amor lo deja aparte”.
Narrada casi en su totalidad
en forma de monólogo,
la historia permite al
lector interactuar con el
protagonista. “No me gustan
los diálogos. El lector
tiene que imaginarse que
está conversando con él”.
Y para Javier Mosquera,
una de las situaciones a
las que se enfrenta como
escritor es a que la gente
piense que el personaje es
un reflejo de lo que quiere
ser, y, según él, no hay nada
más equivocado. “En
la narrativa los personajes
son ellos y van tomando
su propia forma de ser
y su propia vida”.
Se va haciendo tarde.
“¿El autor que escribía
cuentos en México es el
mismo que ahora presenta
Figuraciones?”, pregunto
para ir concluyendo
nuestra conversación.
“Espero que no”, me contesta,
sonriendo. “Quiero
creer que he mejorado.
Aunque sí me parezco en
que sigo teniendo cosas
que decir, y sigo teniendo
la necesidad de decirlas”.
“Ser escritor en Guatemala la necesidad de decirlas”.
no es muy complicado. Basta
abrir un poco los ojos porque
aquí pasan cosas que
parecen cuento”-.
http://www.s21.com.gt/javier-mosquera-saravia/2013/01/20/lectura-aprende-reconocer-ser-humano
|
Revista D / Prensa Libre. Pág. D-22-23. Guatemala, domingo 20 de enero de 2013. |
El escritor rebelde
POR ROBERTO VILLALOBOS VIATO D LETRAS Y MÁS
Javier Mosquera Saravia es de esos escritores poco conocidos fuera de Guatemala, pero con un enorme potencial. De hecho, la prestigiosa Feria del Libro de Guadalajara, México, llevada a cabo en el 2011, lo eligió como uno de “los 25 secretos literarios de Latinoamérica”.
El autor nació en esta capital el 4 de agosto de 1961. Su padre, Roberto, era un ingeniero que simpatizaba con la izquierda, hijo de un inmigrante gallego. Su madre, Ana María, era maestra de literatura, hija de una familia acomodada. “De mi padre heredé la rebeldía. De mi madre, las letras”, dice. “A mis 16 años decidí ser escritor y revolucionario”.
En 1981, al poco tiempo de haber empezado sus estudios universitarios, se vio forzado a salir del país por sus pensamientos políticos. Se exilió en el Distrito Federal, México, donde se dedicó a la informática para vivir. La literatura, en ese entonces, la dejó a un lado. “Regresé a Guatemala hasta 1992. Fue duro, pues encontré un país muy diferente”, indica.
Transcurrida una década, Mosquera Saravia publicó su primer libro, Dragones y escaleras y otros... cuentos (F&G Editores, 2002), que tiene varias líneas narrativas. “Una trata sobre la desesperanza y la frustración de quienes participaron en un movimiento revolucionario casi inútil; de aquellos que, de repente, se dan cuenta de que están en medio de la nada, sin una utopía por la cual luchar y con muchos amigos muertos. También incluye historias de amor y desamor”, detalla.
Después salió a la luz el libro de cuentos Angélica en la ventana (2004). Uno de ellos es RR, una recreación poética de la masacre ocurrida en el parcelamiento Dos Erres, Petén, en 1982. Algunas de sus líneas dicen: “¿Por qué termina en el miedo y llega la pesadilla? ¿Por qué la sangre, la tierra y los cadáveres? ¿Por qué los días corroen la carne y quedan solo huesos, calaveras enmudecidas, silencio? ¿Por qué el olvido?”.
En el 2005 publicó Laberintos y rompecabezas. “Es un libro experimental, con una estructura y un lenguaje complicados”, explica.
Su pluma continuó en el 2009 con Espirales, una novela que, originalmente, escribió en gallego. “Este fue mi intento por descubrir mis raíces gallegas”, indica. El año pasado, la editorial Anteres, de Toronto, Canadá, la tradujo y publicó en inglés y francés. Trata sobre la vida de Santiago, un guatemalteco entre los 40 y 50 años de edad que llega a Galicia para conocer a los familiares que viven en ese lugar. El relato se mezcla con Ainara, su amor de juventud. “Ella es una muchacha que se involucra en el movimiento guerrillero de Guatemala”, cuenta el escritor. “Este libro refleja el dolor y las heridas causadas por la guerra interna vividas en el país”.
Ahora está por presentar Figuraciones, también de la mano de F&G Editores. “Versa sobre Febo Moirayetes, un millonario que tiene dos obsesiones. Una es la de buscar placer en la comida, los vinos, los viajes y las mujeres vírgenes. La otra es justificar sus acciones mediante reflexiones filosóficas, para lo cual se instruye”, adelanta.
La obra de Mosquera Saravia, en general, tiene estructuras complejas, por lo regular con finales abiertos. “Me gusta retar al lector, porque la literatura es el arte de sugerir, más que de decir. No soy un autor de masas; me dirijo a lectores que buscan en los libros su propia humanidad”, puntualiza.
¿Bueno o malo? (2002)
“Parado en medio de la habitación está un joven. ¿Es ángel o demonio? La respuesta: Ambos. Pero, ¿cómo sabes si es ángel si no tiene alas? ¿Cómo sabes que es demonio si no tiene cola? Es los dos y está fumando. Te mira”.
Libro de cuentos (2004)
“Angélica se recuesta en el marco de la ventana. Su mirada se pierde en el azul inmenso. Quiere llegar más allá de donde el agua hace el amor con el cielo. ¿Qué busca en esa inmensidad? ¿Respuesta a la ausencia?”.
Experimental (2005)
“¿Acaso eres una especie de meiga? ¿Tal vez una santa resucitada? ¿Por qué rozas mis manos si sabes que me enloqueces? Si solo vine por la llave, ¿para qué las insinuaciones? ¿Querés que te deixe, que me vaia?”.
Espiral de pesadillas (2009)
“¿Acaso nuestras historias son solo pesadillas en espiral, que se enrollan y desenrrollan al azar? ¿Y si la realidad es solo efecto de psicotrópicos?” Esta historia mezcla el amor juvenil con el dolor causado por la guerra en el país.
e-Publicación (Poesía, 2009)
“Aunque el rayo de luz se crea un dios deforme y transforme este papel en luciérnaga... Tengo la herencia del imbécil que cada Viernes Santo lleva el dolor sobre los hombros y que piensa que con eso se aliviará el futuro”.
Su nueva obra (2012)
Este libro trata sobre un millonario hedonista cuyos placeres son la comida, los vinos, los viajes y las mujeres vírgenes. Su obsesión, además, es justificar sus acciones mediante reflexiones filosóficas. Será presentado este mes.
http://www.prensalibre.com/revista_d/rEBELDE_0_847115603.html
|