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El Periódico. El acordeón. Guatemala, 20 de enero de 2013. Página 8.

Sophos

Razones para venir

FIGURACIONES
una novela de Javier Mosquera

miércoles 23 enero 18:30 Comentarios a cargo de: Denise Phé-Funchal y David Unger

"En el remoto año de 1926, H.L. Mencken exigía a los autores «una visión singular» y «la capacidad de captar con espíritu original la comedia humana, descubrir nuevas relaciones entre las cosas y nuevas implicancias en la lucha eterna con el destino». [...] Mosquera Saravia cumple al pie de la letra con ambas exigencias." J.L. Perdomo Orellana.

Siglo XXI / Magacín. Págs. 1 y 12. Guatemala, domingo 20 de enero de 2013.

“En la lectura uno aprende a reconocer al ser humano”
T. Andrea García-Gallont F. Eduardo Sacayón

Uno de los 25 secretos literarios mejor guardados de América Latina; así lo nombró la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. A Javier Mosquera lo de escritor le vino casi naturalmente. La facilidad con la que se expresa, la pasión con la que habla de sus historias y la complicidad que comparte con sus personajes resulta intrigante..

“Me gusta decir que las patas de mi cuna estaban hechas de libros”, empieza contándome Javier Mosquera, mientras se acomoda en una silla a mi lado. La humildad con la que se expresa sobre su trabajo, aun luego de ser bautizado como uno de los secretos literarios mejor guardados, permite que la conversación fluya como una historia siendo inventada. En todo momento se expresa de forma casi poética. Y es que la literatura estuvo presente en su casa desde que era muy pequeño. Su madre, profesora de letras durante más de treinta años, era ardua lectora y amante profunda de las ficciones. “En mi casa lo que había era libros”, recuerda. “Además, mi madre era muy buena contando cuentos; de los recuerdos más lindos que tengo de ella es que por las noches nos leía. Eso nos abría mundos”. Conforme fue creciendo estos mundos fueron expandiéndose y la literatura fue lo que le ayudó a expresarse. Desde los 14 años empezó a escribir cuentos –muy malos al principio, según recuerda entre risas–. “Empecé y después no pude parar”.

El aprendizaje del exilio
Cuando tenía 19 años tuvo que irse de Guatemala. Su relación con la ideología de izquierda y el hecho de que simpatizaba con el movimiento revolucionario lo obligó a exiliarse en México en 1981. Allí estuvo diez años. “Precisamente en ese momento empecé, si no a escribir en serio, a aprender a escribir”. Considerándose tan solo un aprendiz, coincidió con un grupo de escritores bajo su misma situación. Arturo Arias, José Luis Perdomo Orellana, Otoniel Martínez, Haroldo Shetemul y Juan Dardón fueron algunos de ellos. Cada semana se reunían a leer sus escritos, y así fue aprendiendo el oficio de escribir.

Cuando volvió a Guatemala, y luego de pasar por carreras como Pedagogía y Matemática y Programación, se dedicó a estudiar Letras. “La única forma de salir de la mediocridad es leyendo incansablemente, porque en la lectura uno aprende a reconocer al ser humano”.

Fue entonces cuando Margarita Carrera, profesora de una de las cátedras, le presentó al editor Raúl Figueroa diciéndole a él lo tenés que publicar. “No sé si es porque eran muy buenos o si tuve suerte; el hecho es que me dijo que le gustaban mis cuentos y que se publicaban”.

Sobre el oficio de escribir
Inspiración. Temida palabra pronunciada por muchos artistas. ¿Cómo encontrarla? A Mosquera no le cuesta mucho: “Mis cuentos en general salen primero de la realidad, porque aunque yo no soy un escritor realista, a veces me baso en algún suceso que veo y luego lo elaboro con mis signos”. Otra inspiración surge de los sueños, hasta de aquellos que resultan extremadamente insólitos. “La otra motivación, más que el amor, es el desamor”. Ese amor imposible, esa pareja que por alguna razón no puede estar junta. “Además, ser escritor en Guatemala no es muy complicado”, comenta. “Basta abrir un poco los ojos, porque aquí pasan cosas que parecen cuento”.

Figuraciones: intrigas y monólogos
En su más reciente novela, Figuraciones, Mosquera narra la historia desde el interior del protagonista. Febo, un hombre misterioso de quien se sabe todo y a la vez nada, tiene todo el dinero para satisfacer sus caprichos: el más grande de ellos es Elena, objeto de su obsesión. “Nunca había hecho un personaje como este”, comenta el autor. “Empecé a pensarlo desde hace mucho tiempo. ¿Cómo sería una persona con el dinero suficiente para cubrir casi cualquier deseo, pero que no sea el estereotipo del rico que tiene el dinero suficiente para cubrilos?” Así surgió entonces Febo. Estudiado, millonario, enigmático, culto, astuto, obsesivo, seductor. “Él no es vulgar, y detesta la pornografía. Le encanta, eso sí, la sensualidad. En ella encuentra la ternura y dulzura, pero el amor lo deja aparte”.

Narrada casi en su totalidad en forma de monólogo, la historia permite al lector interactuar con el protagonista. “No me gustan los diálogos. El lector tiene que imaginarse que está conversando con él”. Y para Javier Mosquera, una de las situaciones a las que se enfrenta como escritor es a que la gente piense que el personaje es un reflejo de lo que quiere ser, y, según él, no hay nada más equivocado. “En la narrativa los personajes son ellos y van tomando su propia forma de ser y su propia vida”.

Se va haciendo tarde. “¿El autor que escribía cuentos en México es el mismo que ahora presenta Figuraciones?”, pregunto para ir concluyendo nuestra conversación. “Espero que no”, me contesta, sonriendo. “Quiero creer que he mejorado. Aunque sí me parezco en que sigo teniendo cosas que decir, y sigo teniendo la necesidad de decirlas”.

“Ser escritor en Guatemala la necesidad de decirlas”. no es muy complicado. Basta abrir un poco los ojos porque aquí pasan cosas que parecen cuento”-.

http://www.s21.com.gt/javier-mosquera-saravia/2013/01/20/lectura-aprende-reconocer-ser-humano

Revista D / Prensa Libre. Pág. D-22-23. Guatemala, domingo 20 de enero de 2013.

El escritor rebelde
POR ROBERTO VILLALOBOS VIATO D LETRAS Y MÁS

Javier Mosquera Saravia es de esos escritores poco conocidos fuera de Guatemala, pero con un enorme potencial. De hecho, la prestigiosa Feria del Libro de Guadalajara, México, llevada a cabo en el 2011, lo eligió como uno de “los 25 secretos literarios de Latinoamérica”.

El autor nació en esta capital el 4 de agosto de 1961. Su padre, Roberto, era un ingeniero que simpatizaba con la izquierda, hijo de un inmigrante gallego. Su madre, Ana María, era maestra de literatura, hija de una familia acomodada. “De mi padre heredé la rebeldía. De mi madre, las letras”, dice. “A mis 16 años decidí ser escritor y revolucionario”.

En 1981, al poco tiempo de haber empezado sus estudios universitarios, se vio forzado a salir del país por sus pensamientos políticos. Se exilió en el Distrito Federal, México, donde se dedicó a la informática para vivir. La literatura, en ese entonces, la dejó a un lado. “Regresé a Guatemala hasta 1992. Fue duro, pues encontré un país muy diferente”, indica.

Transcurrida una década, Mosquera Saravia publicó su primer libro, Dragones y escaleras y otros... cuentos (F&G Editores, 2002), que tiene varias líneas narrativas. “Una trata sobre la desesperanza y la frustración de quienes participaron en un movimiento revolucionario casi inútil; de aquellos que, de repente, se dan cuenta de que están en medio de la nada, sin una utopía por la cual luchar y con muchos amigos muertos. También incluye historias de amor y desamor”, detalla.

Después salió a la luz el libro de cuentos Angélica en la ventana (2004). Uno de ellos es RR, una recreación poética de la masacre ocurrida en el parcelamiento Dos Erres, Petén, en 1982. Algunas de sus líneas dicen: “¿Por qué termina en el miedo y llega la pesadilla? ¿Por qué la sangre, la tierra y los cadáveres? ¿Por qué los días corroen la carne y quedan solo huesos, calaveras enmudecidas, silencio? ¿Por qué el olvido?”.

En el 2005 publicó Laberintos y rompecabezas. “Es un libro experimental, con una estructura y un lenguaje complicados”, explica.

Su pluma continuó en el 2009 con Espirales, una novela que, originalmente, escribió en gallego. “Este fue mi intento por descubrir mis raíces gallegas”, indica. El año pasado, la editorial Anteres, de Toronto, Canadá, la tradujo y publicó en inglés y francés. Trata sobre la vida de Santiago, un guatemalteco entre los 40 y 50 años de edad que llega a Galicia para conocer a los familiares que viven en ese lugar. El relato se mezcla con Ainara, su amor de juventud. “Ella es una muchacha que se involucra en el movimiento guerrillero de Guatemala”, cuenta el escritor. “Este libro refleja el dolor y las heridas causadas por la guerra interna vividas en el país”.

Ahora está por presentar Figuraciones, también de la mano de F&G Editores. “Versa sobre Febo Moirayetes, un millonario que tiene dos obsesiones. Una es la de buscar placer en la comida, los vinos, los viajes y las mujeres vírgenes. La otra es justificar sus acciones mediante reflexiones filosóficas, para lo cual se instruye”, adelanta.

La obra de Mosquera Saravia, en general, tiene estructuras complejas, por lo regular con finales abiertos. “Me gusta retar al lector, porque la literatura es el arte de sugerir, más que de decir. No soy un autor de masas; me dirijo a lectores que buscan en los libros su propia humanidad”, puntualiza.

¿Bueno o malo? (2002)
“Parado en medio de la habitación está un joven. ¿Es ángel o demonio? La respuesta: Ambos. Pero, ¿cómo sabes si es ángel si no tiene alas? ¿Cómo sabes que es demonio si no tiene cola? Es los dos y está fumando. Te mira”.

Libro de cuentos (2004)
“Angélica se recuesta en el marco de la ventana. Su mirada se pierde en el azul inmenso. Quiere llegar más allá de donde el agua hace el amor con el cielo. ¿Qué busca en esa inmensidad? ¿Respuesta a la ausencia?”.

Experimental (2005)
“¿Acaso eres una especie de meiga? ¿Tal vez una santa resucitada? ¿Por qué rozas mis manos si sabes que me enloqueces? Si solo vine por la llave, ¿para qué las insinuaciones? ¿Querés que te deixe, que me vaia?”.

Espiral de pesadillas (2009)
“¿Acaso nuestras historias son solo pesadillas en espiral, que se enrollan y desenrrollan al azar? ¿Y si la realidad es solo efecto de psicotrópicos?” Esta historia mezcla el amor juvenil con el dolor causado por la guerra en el país.

e-Publicación (Poesía, 2009)
“Aunque el rayo de luz se crea un dios deforme y transforme este papel en luciérnaga... Tengo la herencia del imbécil que cada Viernes Santo lleva el dolor sobre los hombros y que piensa que con eso se aliviará el futuro”.

Su nueva obra (2012)
Este libro trata sobre un millonario hedonista cuyos placeres son la comida, los vinos, los viajes y las mujeres vírgenes. Su obsesión, además, es justificar sus acciones mediante reflexiones filosóficas. Será presentado este mes.

http://www.prensalibre.com/revista_d/rEBELDE_0_847115603.html

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